EXPERIENCIA EN CANAL COCINA

Para empezar he de decir que ha sido una experiencia fantástica. Desde el primer momento todo pintaba bien, avioncito hasta Madrid, chofer con Mercedes esperando, hotel AC de los de creerse estrella televisiva, con su desayuno en buffet para que me acordara de lo que me estaba perdiendo el miércoles en la Escuela…

Todo perfecto.

A las 7,45 habíamos quedado en la puerta del hotel con la coordinadora, Almudena, muy agradable y atenta, y conocí a Mabel y María dos de las chicas que participaban y más tarde a José, todos geniales, gente a la que le encanta la cocina y que en sus caras podía verse la ilusión de estar viviendo uno de los mejores días de sus vidas, supongo que en la mía también se reflejaría. Por cierto, caras todas perfectamente maquilladas.

Una de las cosas más sorprendentes ha sido descubrir los entresijos y el plató de Canal Cocina, y hablo en singular porque el plató es un solo espacio en el que se graban todos los programas, todo es decorado, que se monta y se desmonta, cada cocinero graba todos sus programas en apenas una semana y hemos descubierto algunos de los secretos de la tele, aunque es todo bastante sincero, pero claro, el tiempo es oro y David, un cocinero que está allí siempre, tiene todo preparado, podría coronarse como el rey de la mise en place. Pero no os desvelaré que gran secreto se esconde detrás de la isla de trabajo.

Cuando llegó Sergio Fernández todo eran risas, el chef se portó fenomenal, fue muy atento con nosotros y nos hizo disfrutar de la experiencia. Es una persona simpatiquísima y se hace querer, nadie tiene una palabra mala de él.

Así que en esas circunstancias, lo de grabar ha sido como estar cocinando con un amigo en tu casa, se pasó en un suspiro.

Por supuesto que todo lo que se hizo, se probó. Y ya sin más, ni menos, a eso de las 15,00, de vuelta a casita, con la barriga llena (porque nos han cuidado como reyes), con la maleta cargada de nuevos amigos, habiendo conocido gente espectacular, grandes profesionales y con el deseo en la cabeza, como los niños pequeños, de:

¡Yo de mayor quiero ser cocinero de la tele!