domingo, 31 de agosto de 2014

BIZCOCHO DE CALABACÍN


Últimamente me ha dado por los bizcochos, hace unos días hice uno de zanahorias riquísimos, pero he perdido las fotos, así que tendré que repetirlo, una tragedia, jejeje. Pero empiezo la tanda de bizcochos con este de calabacín riquísimo. Nos regalaron unos calabacines y ya no sabíamos qué hacer con ellos, así que me puse a investigar, si se puede hacer un bizcocho con zanahoria tenía que existir el de calabacín, y no defraudó, un bizcocho riquísimo, de los mejores que he probado en mi vida, jugoso a pesar de los días, bueno solo duro uno, pero no perdió ni un ápice de jugosidad, el calabacín no le aporta un sabor muy relevante, pero supongo que es fundamental para alcanzar esa textura. Tenéis que probar y ya me contareis.

INGREDIENTES: 300g de Calabacín Rallado, 300g de Harina, 150ml de Aceite de Girasol, 4 Huevos, 200g de Azúcar, Medio Sobre de Levadura, 1 Pizca de Sal, Ralladura de un limón, Una Pizca de Canela, Media Cucharadita de Nuez Moscada Molida.

Para la glasa: 250g de Azúcar glass, Agua Tibia.

PREPARACIÓN:
El proceso de elaboración es similar para la mayoría de bizcochos clásicos. En este caso, en primer lugar prepararemos el molde, embadurnándolo con mantequilla y harina, y precalentaremos el horno a 180ºC.

Para la masa, por un lado montamos los huevos con el azúcar, esto se llama blanquear, montamos los huevos hasta que doblen su volumen, y perderán color, adquiriendo un tono más blanquecino. Entonces añadimos el calabacín rallado, con piel y todo, vamos mezclando con movimientos envolventes. A continuación añadimos el aceite, y lo mezclamos cuidadosamente para que no se baje mucho. Seguidamente incorporamos la ralladura de limón y por último añadimos los sólidos pasándolos por un tamiz o un colador, y con movimientos suaves y envolventes. Las especias son opcionales, yo soy mucho de añadirle especias a los bizcochos.

Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante unos 40 minutos, hasta que al introducir un cuchillo salga limpio, esta prueba nunca falla.

Y ahora el truco para que todos los bizcochos tenga un 10, la glasa.
Una vez frío el bizcocho, lo colocamos sobre una rejilla y lo bañamos en una glasa de azúcar y agua. Simplemente añadimos al azúcar glas agua tibia poco a poco, y batiendo enérgicamente hasta que tenga una textura de bechamel ligera o de natilla (una prueba sencilla es cubrir el envés de una cuchara con la glasa y ver que no se desparrama por completo, ese será el acabado de nuestro bizcocho). Una vez cubierto lo metemos en el horno apagado pero caliente unos 5 minutos, hasta que se endurezca y seque la glasa.

Irresistible.

viernes, 1 de agosto de 2014

TARTA DE MANZANA CLÁSICA


Hoy os traigo esta tarta de manzana clásica, no me considero un experto haciendo tartas de manzana, aunque me  encanta comerlas. La que hoy traigo es la que podríamos encontrar en cualquier pastelería de España, no tiene gran complicación, y os la iré contando con los truquitos y la forma de hacer las cosas del Pollo.
La tarta estaba muy rica, la crema quedó espectacular, muy fina. Y para aquellos que les de pereza hacer base de la tarta, pueden comprarla hecha, porque en el mercado podemos encontrar multitud de masas quebradas frescas o congeladas.

INGREDIENTES:
Para la tartaleta: 150g de Harina, 100g de Mantequilla, 50g de Azúcar, 1 Yema de Huevo, ½ Cucharadita de Extracto de Vainilla, 1 Pizca de Sal.
Para la crema: 1Litro de Leche entera, 1 Vaina de Vainilla, 1 Ramita de Canela en Polvo, La Corteza de Medio Limón sin la parte blanca, 2 Huevos Grandes, 70g de Maicena, 200g de Azúcar.
5-6 Manzanas Golden

PREPARACIÓN:
Para esta receta necesitamos realizar dos preparaciones previas.
En primer lugar realizamos la masa siguiendo cualquiera de las recetas de masa quebrada dulce que ya hemos realizado en comoelojodeunpollo, y la reservamos en la nevera para que coja cuerpo.
Por otro lado preparamos la leche con la que realizaremos la crema. Queremos aromatizar esta leche, para ello reservamos un poco y el resto la ponemos al fuego con la rama de canela desmenuzada, la corteza de limón, y la vaina de vainilla abierta por la mitad y con las semillas retiradas con ayuda de una puntilla y mezcladas con la leche. Llevamos a ebullición o próximo a que hierva, y dejamos reposar al menos 30 minutos para que infusione bien y la leche tome todos los aromas y sabores (yo suelo hacer esto con varias horas de antelación, incluso la noche anterior).

El día de la elaboración de la tarta, extenderemos la masa quebrada sobre un molde de tartaletas, previamente encamisado de mantequilla y harina en caso de que el molde lo requiera. A mí me gusta cocina todo a la vez, de esta manera la tartaleta no queda tan crujiente y la masa se hace uno con la crema. Pero podemos cocinar la tartaleta previamente unos 15 minutos, con ayuda de unos garbanzos, de esta manera la masa quebrada conservara todas sus cualidades de friabilidad y consistencia.

Para la crema colamos la leche y la ponemos al fuego. Por otro lado mezclamos la maicena con el azúcar y removemos con una varilla, de esta forma evitaremos grumos. Añadimos entonces los huevos y el poquito de leche que habíamos reservado, removemos bien y reservamos. Cuando la leche rompa a hervir añadimos nuestro preparado y dejamos que vuelva a hervir sin dejar de remover, con un par de minutos hirviendo basta.
Vertemos la crema sobre la tartaleta y vamos colocando las rodajas de manzana sobre la crema, bien pegadas unas a las otras, porque al hornear menguan y aparecen huecos por los que se ve la crema, así que bastante cantidad, no os cortéis, muy pegaditas y ordenadas.
Llevamos al horno, que habremos precalentado a 180ºC y cocinamos durante una hora aproximadamente, para que la tartaleta se haga bien.

Por último pintamos las manzanas con un poco de mermelada de albaricoque, lo justo para que tenga brillo, esto podemos hacerlo al final del proceso, o en los 5 últimos minutos de horneado para que el brillo se adhiera mejor y se potencie en el horno. En las pastelería suele cubrirse con un brillo industrial de manzana que potencia el sabor de la tarta. Este brillo puede hacerse cociendo las pieles de las manzanas, con un par de cucharadas de azúcar y dejando reducir el líquido de cocción. La verdad es que no lo he hecho nunca.
Una tarta de siempre que nunca falla.