Empezaremos la semana con algo dulce, así para despertar del ajetreado fin de semana.
Este postre, sea por su sencillez o porque nos encanta la nata y el chocolate, siempre triunfa, más que el dicho “a nadie amarga un dulce” podrían decir “a nadie amarga un profiterol” y es que este clásico postre, de origen francés y autoría algo incierta, es un imprescindible en todas las pastelerías, espero que lo repitan muy a menudo, aunque si los hacen una vez ya no dejaran de solicitároslos, habréis caído en “la maldición del profiterol”.
INGREDIENTES:
Para la pasta choux: 250ml de agua, 150g de Harina tamizada, 100g de Mantequilla, 4 Huevos, Una cucharadita rasa de sal.
Para la crema chantilly: 250ml Nata para Montar, 50g de Azúcar Glass
Para la cobertura de chocolate: 150g de Chocolate de Cobertura, 150g de Mantequilla
PREPARACIÓN:
La pasta choux o de profiteroles la haremos de la siguiente manera. Ponemos un cazo con el agua, la sal y la mantequilla en trozos pequeños al fuego. En el momento en que empiece a hervir lo retiramos del fuego y añadimos toda la harina de un golpe y comenzamos a remover con una cuchara de palo. Cuando la harina haya absorbido el agua lo volvemos a acercar al fuego sin parar de remover para que la harina se cocine. Una vez realizado este paso cambiamos la mezcla de recipiente y la movemos un poco para que se enfríe. Y seguidamente vamos añadiendo los huevos de uno en uno, esto es importante, hasta que la mezcla inicial no haya absorbido todo el huevo no añadimos el siguiente. El resultado final debe ser una masa pomada y pegajosa.
Introducimos esta masa en una manga pastelera con boquilla rizada o lisa. Y escudillamos los profiteroles, es decir, los vamos poniendo en una placa de horno con papel sulfurizado con la forma que deseemos, alargados si queremos hacer palitos o con forma de bola como en este caso. No se debe poner una gran cantidad de masa porque hay que tener en cuenta que dobla su volumen en el horno.
Metemos en el horno precalentado a 200ºC, en función ventilador, hasta que se doren bien y queden bien secos. Entonces los sacamos del horno y los ponemos sobre una rejilla para que no se humedezcan con su propio vapor.
Esta masa admite la congelación perfectamente. Una vez cocido los profiteroles los podemos congelar para otras ocasiones, guardándolos en bolsas de congelación.
A continuación preparamos el relleno, en este caso se trata de una nata montada con azúcar (chantilly) . Simplemente tenemos que montar la nata a mano con varilla o en máquina, cuando adquiera cierta espumosidad añadiremos el azúcar y continuamos batiendo hasta montar la nata por completo. Se aconseja que la nata esté fría y el recipiente donde vamos a montarla también, esto facilitara el montado.
Para el baño de chocolate derretimos el chocolate en el microondas junto con la mantequilla, a temperatura mínima y moviéndolo cada minuto. Esta cobertura es perfecta para cubrir tartas de chocolate, una vez solidificada queda con una textura crujiente y brillante pero admite perfectamente el corte con cuchillo sin resquebrajarse.
Para montar los profiteroles, inyectamos, por debajo, la nata con ayuda de una manga pastelera y una boquilla fina, y mojamos la punta de los profiteroles en el chocolate todavía caliente, y dejamos enfriar, ¡si podéis!
¡A profiterolear!
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