Subo esta receta porque en muchas casas, como en la mía, nunca falta la olla de arroz, siempre necesario para acompañar todas las comidas, como el pan. Y no sabe como el arroz blanco que solemos preparar en España, para mi punto de vista es más ligero y a mi, que no estaba tan acostumbrado a comer tanto arroz, también me apetece siempre. Lo dicho como el pan.
INGREDIENTES: 2 Tazas de Arroz, 4 Tazas de Agua, Cebolla Fresca, Aceite de Girasol, Sal.
PREPARACIÓN:
Primero lavamos varias veces el arroz.
Ponemos una olla al fuego con una capa de aceite de girasol en el fondo, lo suficiente. Añadimos el arroz y lo vamos cocinando junto con un puñadito de sal (como 1 cucharada sopera) y una rama de cebolla fresca con la parte verde, que le da un sabor muy peculiar, también se puede añadir la parte blanca en láminas muy finas para que dejen su sabor y se pierdan en el arroz.
Cubrimos con el agua y dejamos cocinar a fuego fuerte, sin remover más, hasta que se evapore todo el agua, aunque parezca que se nos vaya a quemar.
Bajamos entonces el fuego al mínimo y tapamos con una tapadera sin agujeros.
Dejamos que termine de hacerse con su propio vapor durante, al menos, 10 minutos.
Tras este tiempo removemos el arroz, para separarlo un poco, y dejamos reposar otros 5 minutos, tapado y ya con el fuego apagado.
Quedará acolchadito y nada pesado.
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