Continuamos con la tanda de bizcochos, como os dije me ha
dado por ahí. En esta ocasión un clásico, el bizcocho de zanahoria, hay miles
de recetas por internet, yo he hecho un batiburrillo de todas ellas, y le he
agregado el truquito de las especias que es algo como muy americano me parece a
mí. Este bizcocho nunca defrauda, tiene un sabor muy intenso y diferente a
cualquier otro bizcocho, y de la zanahoria apenas queda el color, así que a los
que no os guste la zanahoria que no os asuste este postre.
INGREDIENTES:
250G de Zanahoria, 200g d Harina, ½ Sobre de Levadura, 125g
d Aceite de Oliva, 4 Huevos, 200g de Azúcar (Blanca o Moreno).
Especias: Canela, Clavo, Nuez Moscada, Jengibre, Sal. (Todo
molido)
PREPARACIÓN:
Lo primero que podemos hacer es organizar todo el trabajo.
Precalentamos el horno a 180ºC, encamisamos el molde con mantequilla y harina,
y rallamos las zanahoria, 250g de zanahoria limpia y rallada, si vuestro
rallador no es un portento, haced como yo, trituré la zanahoria en el robot de
la túrmix, no queda una papilla queda como si estuviera rallado de forma
desigual y el resultado es el mismo.
Con la "mise en place" hecha, nos ponemos “manos a la masa”.
Montamos los huevos con el azúcar, blanquear, el huevo dobla su volumen y adquiere
un color más blancuzco. En esta ocasión usé la mitad de azúcar blanco y la otra
mitad moreno, el resultado de usas todo azúcar blanco es muy similar.
Seguidamente vamos añadiendo el aceite poco a poco para
evitar que se pierda el volumen y se baje. A continuación añadimos la zanahoria
con movimientos envolventes. Y por último los elementos sólidos, las especias
que son opcionales, aunque para mi gusto nunca puede faltar la canela, el clavo
y la nuez moscada le dan un toque especial, y el jengibre me sorprendió porque
le da un gusto muy bueno, pero sólo una puntita, que es muy fuerte. Y añadimos
la harina y la levadura tamizadas. Mezclamos cuidadosamente con movimientos envolventes
hasta obtener una masa homogénea.
Vertemos la masa en el molde y horneamos durante unos 40
minutos hasta que al introducir un cuchillo este salga limpio.
Una vez templado, desmoldamos el bizcocho, lo colocamos
sobre una rejilla y lo bañamos con el glaseado, simplemente añadimos al azúcar glas agua tibia poco a poco, y batiendo
enérgicamente hasta que tenga una textura de bechamel ligera o de natilla (una
prueba sencilla es cubrir el envés de una cuchara con la glasa y ver que no se
desparrama por completo, ese será el acabado de nuestro bizcocho). Una vez
cubierto lo metemos en el horno apagado pero caliente unos 5 minutos, hasta que
se endurezca y seque la glasa.
Esto es todo amigos.
Aprovecho para felicitar a Sonia López Rodríguez que está de cumple y siempre sigue nuestro blog. ¡Felicidades!¡Un bizcochito a tu salud!
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