La tarta que hoy os traigo es facilísima, en otra ocasión
quizá no la habría subido, pero muchas veces me han dicho que suba recetas
fáciles, para estudiantes, o para gente que no tiene tiempo para cocinar. Pues
bien, estar tarta se hace en 15 minutos, y la podría hacer hasta un mono con
una mano atada a las espalda, jaja. No es por crear presión. Hacedla y ya me
contareis, dejareis sin palabras a vuestros invitados y parecerá que habéis
estado toda la tarde en la cocina.
INGREDIENTES:
2 Sobres de Cuajada, 4 Cucharadas de Azúcar, 1 Litro de
Leche (o 1/2 de Nata y 1/2 de Leche), 1 Bolsa de Sobaos o Lenguas de Gato, 250g de Azúcar o Una Taza grande
para el caramelo.
PREAPARACIÓN:
Lo primero que tendremos que hacer será el caramelo. Para
ello, colocamos la taza de azúcar en una sartén y mojamos con unas gotas de
agua o limón, solamente salpicar, de esta manera controlaremos mejor el punto
del caramelo. Ponemos la sartén al fuego y dejamos que se haga el caramelo. En
cuanto tome un bonito color rubio lo vertemos en el molde que hayamos elegido.
Seguidamente prepararemos la cuajada. Diluimos los sobres de
Cuajada en una taza con parte del litro de leche, el resto lo vertemos en un
cazo con las 4 cucharadas de azúcar, si lo hacemos con la mitad nata y la mitad leche quedará más sabroso y más durito al corte, aunque con leche entera queda igualmente bien y es más económico. Cuando empiece a hervir vertemos el
contenido de la taza y removemos hasta que vuelva a hervir, entonces apartamos
del fuego unos segundos y volvemos a llevarlo al fuego y dejamos que vuelva a
hervir (estas son las instrucciones del sobre). Vertemos la cuajada, que estará
completamente líquida porque hace efecto en la nevera, sobre el caramelo. Y
ahora con mucho cuidado vamos colocando los bizcochos sobre la cuajada, que
quedarán flotando (los sobaos dan un sabor bastante intenso a mantequilla, que resta sabor a la cuajada, por eso os recomiendo que uséis un bizcocho lo más neutro posible).
Introducimos en la nevera durante al menos 4 horas.
Por último un truquito para que quede perfecto. Con el
caramelo que quede pegado en la sartén haremos un almíbar. Echamos en la sartén
como medio vaso de agua y la ponemos al fuego. Con los restos pegados de
caramelo conseguiremos un almíbar oscurito. Con este almíbar empaparemos los
bizcochos una vez haya cuajado la tarta.
Para darle la vuelta tenemos que ser un poco habilidosos.
Despegamos los bordes de la tarta, y con una bandeja le damos la vuelta rápidamente
como si fuera una tortilla.
Y voila! Una tarta fácil, rápida y riquísima. Para acompañar
con un buen chorreón de nata.
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